El Viernes 13 de Febrero (2009), estando mi familia en Brasil, fui a conocer la Estancia Las Glicinas, cerca del pueblo de Alsina, en el partido de Baradero, a 125 km al WNW de Buenos Aires, con el fin de sentir otra vez las caricias hermosas de la naturaleza, casi ausente en la Capital, y fundamentalmente, de probar mi telescopio nuevo, anhelo de toda la vida que se cumplió un mes atras, gracias a un regalo de mi papá, que le agradeceré toda la vida. El lugar era maravilloso, y aunque el cielo era mucho mejor que el porteño, mi presbicia y mi impericia para colimar el aparato, hicieron de un fin de semana extraordinario, uno muy bueno, nada mas.De todos modos, pude ver maravillas celestes nunca antes vistas, siendo lo mas bello y memorable para mi Sigma Orionis, el glorioso 47 Tucanae, el Joyero, la nebulosa Carina, un cúmulo abierto bellisimo en CMa, y un grupo de cúmulos muy hermosos en la Nube Mayor de Magallanes. Mi frustracion por la mala calidad de mi vision, y la falta de resistencia a quedarme despierto en la noche, hicieron que me fuera a dormir temprano, en terminos astronomicos, a eso de las 00.30 hs., tanto la noche del Sabado como la del Domingo, que fue la ultima. Por las mañanas, ambos dias, me despertaba una encantadora sinfonia de pajaritos de toda clase, deliciosa, increible, inolvidable. El Domingo volvi a casa, satisfecho y descansado, para ir a buscar a mi hijo mayor que llegaba de Brasil a las 15 hs.
domingo, 26 de abril de 2009
Estreno del telescopio en el campo
El Viernes 13 de Febrero (2009), estando mi familia en Brasil, fui a conocer la Estancia Las Glicinas, cerca del pueblo de Alsina, en el partido de Baradero, a 125 km al WNW de Buenos Aires, con el fin de sentir otra vez las caricias hermosas de la naturaleza, casi ausente en la Capital, y fundamentalmente, de probar mi telescopio nuevo, anhelo de toda la vida que se cumplió un mes atras, gracias a un regalo de mi papá, que le agradeceré toda la vida. El lugar era maravilloso, y aunque el cielo era mucho mejor que el porteño, mi presbicia y mi impericia para colimar el aparato, hicieron de un fin de semana extraordinario, uno muy bueno, nada mas.De todos modos, pude ver maravillas celestes nunca antes vistas, siendo lo mas bello y memorable para mi Sigma Orionis, el glorioso 47 Tucanae, el Joyero, la nebulosa Carina, un cúmulo abierto bellisimo en CMa, y un grupo de cúmulos muy hermosos en la Nube Mayor de Magallanes. Mi frustracion por la mala calidad de mi vision, y la falta de resistencia a quedarme despierto en la noche, hicieron que me fuera a dormir temprano, en terminos astronomicos, a eso de las 00.30 hs., tanto la noche del Sabado como la del Domingo, que fue la ultima. Por las mañanas, ambos dias, me despertaba una encantadora sinfonia de pajaritos de toda clase, deliciosa, increible, inolvidable. El Domingo volvi a casa, satisfecho y descansado, para ir a buscar a mi hijo mayor que llegaba de Brasil a las 15 hs.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)